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jueves, 12 de abril de 2012

Parque Nacional de Tara

La singularidad de Tara no está ni en la altura de sus riscos ni en su tamaño. Tara no entiende de cifras, pero esta montaña es tan vieja como el mismo cielo. Su línea de la vida atraviesa y rebosa la palma de la mano. Arrullada por los bosques de coníferas, entrecortada por arroyos, adornada por campos silvestres y cultivados, Tara tiene belleza para repartir. En sus tierras encontraremos todo un glosario de raras especies de flora y fauna que viven acompañadas de arroyos montaraces, cañones y lagos. Este patrimonio ha llegado inalterado hasta nuestros días gracias al celo con el que los lugareños lo han protegido, sabedores de que esta tierra es una de sus mayores riquezas. 

Tara se encuentra en la parte occidental de Serbia y pertenece al cinturón Dinarido interior. Tiene una longitud de 50 km., 22 km. de ancho y una altura media de 1.200 m. sobre el nivel del mar. El pico más alto, Koziji rid (“Roca de Cabra”), alcanza los 1.591 m.

Los atractivos de Tara son muchos. En ella se puede disfrutar de parajes naturales ecológicamente protegidos, de un sistema montañoso moderadamente elevado sobre el nivel del mar, estaciones de esquí –Predov krst (“Cruz de Predo”)- o un gran lago artificial –Perucac-. Tara, además de constituir uno de los paisajes más llamativos de Serbia, es considerada como uno de los lugares más espectaculares dentro de Europa y del mundo en general. 

Vista de Tara
 La zona cuenta con un Parque Nacional cubierto en un 80% por distintas especies de árboles, entre las que se encuentran abetos, cipreses y hayas. También alberga una extensa variedad de árboles autóctonos, como la picea omorika, o picea de Serbia - un avellano típico de la región-, el tejo o el acebo. Además, este Parque Nacional contiene una rica variedad de especies botánicas poco comunes: Derventa de Pancic, aquilegia de Nikolic, adenophora, corydalis amarilla, Pančićeva krupnolisna kozjača, euphorbia subhastata de Pancic, Daphne Blagayana Frey, peonias, helecho Blechnum spicant… Todas ellas fueron descubiertas por Josif Pancic (Panchich) en las laderas de Tara.

El bosque cuenta con una gran variedad de fauna. En ocasiones se pueden ver osos pardos y gamuzas, así como águilas y halcones volando en su cielo. También cabe destacar las más de 250 especies de hongos, entre las que se encuentra el hongo más peligroso de Europa.

La orografía del terreno de este Parque Nacional hace de él un punto muy atractivo para la realización de actividades de ocio al aire libre. Sus suaves desniveles son propicios para dar paseos a caballo, realizar senderismo y practicar numerosos deportes. Cuenta con 18 rutas diferentes, con una longitud total de 120 km., registradas en los mapas de montaña que se pueden adquirir en los diferentes puntos de información del Parque.

Además, Tara cuenta con un gran número de yacimientos arqueológicos que van desde la época neolítica hasta el Medievo. En ellos podemos encontrar desde los restos de la fortaleza medieval de Solotnik hasta el Monasterio Raca del siglo XIII, legado del rey Dragutin Nemanjic.

Para los amantes del ciclismo, cabe destacar la denominada Tarocicleta, compuesta por 27 rutas ciclistas. En total estas rutas recorren 420 kilómetros que permiten atravesar y disfrutar de hermosos paisajes.

ZAOVINE – PICEA OMORIKA DE PANCIC

En las cercanías de la aldea Zaovina encontramos un espectacular lago del mismo nombre. Este lago se originó gracias a la construcción de la presa Lazici en el río Beli Rzav.

Zaovina es célebre por ser el lugar en el que se encontró una nueva especie arbórea, la Picea omorika de Pancic. Este descubrimiento se realizó en 1875, en el caserío Djurici, de la mano del conocido botánico Josif Pancic, quien denominó a esta nueva especie de conífera Panciveva omorika (Picea omorika). 

Lago Zaovine
El lago Zaovine y el cañón Beli Rzav son unos lugares magníficos para la pesca. En ellos se pueden encontrar truchas californianas y de arroyo, chondrostomas, barbos…

Los miradores de Zmajevac, Bela Voda y Gavran son un perfecto enclave para descansar después de un largo paseo por los alrededores del lago. Cerca de 600 especies vegetales, 55 de las cuales se encuentran en la Lista Roja Preliminar de la flora de Serbia, y otras 15 son especies protegidas que por su rareza (flor de las nieves, sub-endemitas aquilegía de Nikolic, euphorbia campestre de Pančić, y representantes de la familia de las Orquidaceas) constituyen una riqueza botánica para Zaovina.

Otro punto clave es Ravna stena o Grad (“Roca Plana” o “Ciudad”), situado en el valle Belo Rzav. Se trata de un monumento natural de la época Kotromanic que cuenta con una particularidad, en él anida el halcón gris, una especie autóctona de los Balcanes. Zaovine es también el único hábitat natural de una especie endémica de saltamontes: el saltamontes de Pantic.

EL CAÑÓN DEL DRINA

El Cañón del Drina, conocido por los amantes del rafting, es uno de los cañones más profundos del mundo (en determinadas zonas llega hasta los 1.000 metros). En él podemos encontrar, además de la Omorika de Pancic, que ha sabido adaptarse a las inclinadas pendientes del cañón, el labiérnago negro, el carpe negro, el pino negro y el aciano de Derveta y Dobruina. En el cañón habitan distintas especies de animales como el oso pardo, característico del este de Bosnia y de la Serbia occidental.

El lago Perucac surgió a raíz de la construcción de la central hidroeléctrica de Bajina Basta. Sus orillas y playas invitan a la práctica de la natación, la pesca y la navegación en barca, canoas o en barcos de pedales.

En las cercanías de la aldea de Perucac discurre el que es posiblemente el río más corto del mundo. Tiene exactamente una longitud de 365 metros, y muchos dicen que el río Vrelo “tiene la longitud de un año”.

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