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viernes, 15 de febrero de 2013

Tesoros culturales serbios: el Imperio Romano

El actual territorio de Serbia es la intersección de antiguos caminos y el puente que conecta Oriente y Occidente, pero también fue una importante zona fronteriza para el Imperio Romano. Al comienzo de esta era, el gran Imperio Romano estableció su frontera balcánica en el Danubio. Diez bases militares fortificadas se erigieron a lo largo de esta línea defensiva, mientras que la retaguardia se interconectó mediante una red de carreteras que unían lugares muy distantes del Imperio. En las intersecciones de estos caminos florecieron grandes y ricas ciudades, capitales de las provincias y centros culturales.

La diversidad de monumentos de tiempos de los romanos, así como el hecho de que 16 emperadores naciesen y viviesen en tierras serbias, son un testimonio de la grandeza de esta región. Los visitantes pueden seguir los caminos de los emperadores romanos, visitar las ciudades y palacios imperiales y descubrir el legado único que los romanos dejaron en Serbia, parte del patrimonio cultural mundial.

Viminacium

Viminacium
No muy lejos de Pozarevac, ciudad a 82 km de Belgrado, se encuentran los restos de Viminacium, uno de los primeros campamentos militares en el Danubio, que se convirtió en una importante ciudad durante el siglo II d.C.

Durante los días de esplendor, Viminacium era una de las mayores ciudades romanas en los Balcanes. Casi no hubo un solo emperador que no visitase la ciudad. Era el principal centro militar en la frontera oriental del Imperio, un eje comercial, además de ser uno de los lugares en los que se acuñaba moneda y capital de la provincia de Moesia Superior.

Los bien conservados restos del espacioso anfiteatro, los baños públicos, el acueducto y las necrópolis son testimonios de cuan gloriosa llegó a ser la romana Viminacium. Los ornamentos y utensilios de cocina encontrados en las tumbas forman parte del Museo de Pozarevac y del Museo Nacional de Belgrado.

Hoy en día, Viminacium es un centro científico de investigación que se está convirtiendo en parque arqueológico y atracción turística con una auténtica ambientación romana en la que los visitantes pueden tomar parte en los trabajos de excavación.

Los pasos del emperador Trajano en Djerdap

Tabula Traiana
Durante las invasiones de Dacani (entre 101 y 106), el emperador Trajano puso en pie una serie de increíbles proezas arquitectónicas en Djerdap. Construyó la Vía Trajana a Dacia, hoy Rumania. Los restos de esa carretera son todavía visibles, así como la inscripción tallada en piedra, la Tabula Traiana (Placa Memorial de Trajano), que da testimonio del paso de la carretera hacia la rocosa costa.

Las inscripciones del emperador conservadas cerca del fuerte de Dijana, que protegía el canal, son testigos de la segunda proeza de Trajano, la construcción de un canal para establecer un paso seguro para los barcos.

La construcción del Puente de Trajano sobre el Danubio en los alrededores de lo que hoy es Kladovo, a 260 km de Belgrado, estaba considerada como un hito arquitectónico realizado por el famoso Apolodoro de Damasco. Era el puente más grande de la época, con 50 pilares y una longitud de un kilómetro, y dio gran prestigio al emperador Trajano, ayudándole a conquistar una nueva provincia. Incluso hoy, los restos de 1900 años de los pilares del Puente de Trajano, cerca del fuerte de Pontes, son aún visibles.

Felix Romuliana 

Felix Romuliana
En Gamzigrad, no muy lejos de Zajecar, ciudad a 250 km al este de Belgrado, se encuentran las ruinas de Felix Romuliana, residencia del emperador Galerio que se construyó en su localidad natal a comienzos del S.IV. La ciudad estaba resguardada por sólidas murallas y un gran número de torres que protegían el palacio imperial, un gran templo y otros edificios públicos y auxiliares.

Romuliana es el más atractivo de los monumentos romanos que se conservan en Serbia. Incluso hoy, la residencia emana regia elegancia. Los extraordinarios mosaicos, frescos y esculturas dan cuenta del clima artístico de aquellos tiempos.

Los dos mosaicos más hermosos que representan el Laberinto y al dios Dionisio fueron trasladados al Museo Nacional de Zajecar, donde también se exhiben esculturas como el retrato en pórfido del emperador.

Romuliana es parte del Patrimonio de la Humanidad UNESCO.

Naisus

Las carreteras que unían el Este y el Oeste del Imperio Romano se cruzaban en Nis. Por esta razón, la ciudad se convirtió en un relevante centro de comercio, además de importante productor de plata y armamento. Los tiempos de mayor esplendor en Naisus fueron aquellos bajo el mandato de Constantino el Grande. Este conocido emperador era originario de la ciudad y realizaba frecuentes visitas, lo que favoreció la construcción de edificios públicos.

Los restos de la antigua Naisus descansan bajo los cimientos de la Fortaleza de Nis y a lo largo de las orillas del Nisava. En la fortaleza se exhiben interesantes lápidas, pero el retrato en bronce del emperador Constantino se conserva en el Museo Nacional de Belgrado. Estatuas de bronce, platos, monedas y una cabeza femenina de bronce, quizás parte de una escultura de la emperatriz Theodora, se exponen en el Museo Nacional de Nis.

En Nis, la ciudad en la que nació Constantino el Grande, se celebrará en 2013 el 1.700 aniversario de la firma del Edicto de Milán (313), por el cual Constantino dio inicio a una nueva era histórica. El edicto legalizó el cristianismo, lo que interrumpió el éxodo cristiano y permitió que esta religión creciera a pasos de gigante.

Mediana

Mediana
En las afueras de la antigua Nis, a 5 km de Niska Banja, se hallan las ruinas de la residencia del emperador Constantino, en buen estado de conservación. En el espacioso complejo de Mediana, la villa del emperador estaba rodeada de una columnata abierta, residencias veraniegas, baños termales y muchos otros edificios. En el máximo esplendor del lujo imperial, las estancias fueron decoradas con mosaicos en los suelos, impresionantes frescos y estatuas de mármol.

El mosaico de Medusa y otras muchas esculturas se exponen en el Museo Nacional de Nis; el resto se pueden contemplar en el propio centro arqueológico.

Iustiniana Prima

No muy lejos de Leskovac, ciudad a 276 km de Belgrado, se encuentra una ciudad romana que data del siglo IV, Iustiniana Prima (la Ciudad de la Emperatriz), que el emperador Justiniano construyó en su lugar de origen como centro eclesiástico y administrativo de la provincia de Illyricum.

Desde un punto de vista urbanístico, Iustiniana Prima es una ciudad con una planta limpia y un patrón similar a las metrópolis antiguas. Los restos de la acrópolis, una espaciosa plaza circular, calles con rastrillos (pesadas puertas de hierro), una iglesia episcopal y casas de varios pisos son muestras del esplendor imperial y del espíritu cristiano de la ciudad. El apogeo de Iustiniana Prima fue corto. La ciudad fue destruida por los eslovenos y los ávaros en el año 631.

Las excavaciones en la zona rescataron numerosos objetos que se exponen, en su mayoría, en el Museo Nacional de Leskovac, y una pequeña parte en el Museo Nacional de Belgrado.


Sirmium

Sremska Mitrovica, ciudad a 75 km de Belgrado, se alza sobre los cimientos de una antigua población romana, Sirmium. Establecida en la intersección entre el río Sava y el camino que lo cruzaba, el asentamiento de Sirmium se convirtió en una de las mayores metrópolis de la época.

Ya en el siglo I d.C., Sirmium era una de las principales bases del ejército romano. Poco a poco se fue transformando en una gran y rica ciudad dedicada al comercio, capital de la provincia de Pannonia, para finalmente convertirse en residencia imperial. Los emperadores Decius, Probus y Maximinus nacieron aquí y Theodosio fue coronado emperador en la localidad.

El asentamiento estaba circundado por murallas defensivas, con un puerto en la orilla del río. En los siglos III y IV, Sirmium era una ciudad lujosa, con una plaza en el centro de la ciudad, anchas calles, baños públicos y palacios ricamente decorados con mosaicos.

En la actualidad, los restos del palacio del emperador, la basílica cristiana, el acueducto, el granero, el circo y las columnatas pueden contemplarse en el casco histórico de Sremska Mitrovica, mientras que los frescos y mosaicos se encuentran en el Museo de Srem en Mitrovica.

Singidunum

El pasado romano de Belgrado comenzó en el siglo I d.C., cuando Singidunum – un asentamiento fortificado celta – fue conquistado. Singidunum era una ciudad muy importante para la defensa de la frontera del Danubio. Estaba construida sobre las bases de un campamento militar que había sido fijado en la intersección del Sava y el propio Danubio, donde coincidían los caminos que conectaban las provincias de Moesia, Pannonia y Dalmacia.

Singidunum obtuvo el estatus de ciudad libre romana y fue residencia permanente de la 4ª Legión de Flavio. Es casi imposible no encontrar huellas de la Era Romana en el casco histórico de Belgrado: Kalemegdan conserva los restos del castro romano, el acueducto, una cisterna y un cementerio, mientras que bajo el pavimento belgradense se esconden incalculables tesoros arqueológicos.

En la Planta Romana de la Biblioteca Municipal de Belgrado se pueden contemplar fragmentos de un fuerte romano; una colección de lápidas se exhiben en los pasajes subterráneos de Barutana, y una colección de objetos que incluye platos y piezas de arte se conserva en el Museo Nacional y en el Museo Municipal de Belgrado.

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